COMISIÓN DE LA MUJER DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

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Una camioneta del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) siguió desde Mérida y hasta Barinas el vehículo donde se trasladaban cinco líderes estudiantiles universitarios.

(Mérida, 26/05/2021).- Cinco líderes estudiantiles de la Universidad de Los Andes (ULA), la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y de la Universidad Alejandro de Humboldt (UAH) denunciaron haber sido víctimas de intimidación, extorsión, golpes, humillación y otros abusos por parte de funcionarios de cuatro organismos de la fuerza pública.

El hecho ocurrió el pasado 13 de mayo durante un viaje realizado por los jóvenes para cumplir con una actividad llamada “Ruta Estudiantil por Venezuela”, cuyo recorrido partió de la ciudad de Mérida. El equipo jurídico del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA) asistió a las víctimas en la formulación de la denuncia ante la Fiscalía, realizada este martes 25 de mayo.

Los funcionarios que arremetieron contra los estudiantes pertenecen al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Intimidación del Sebin

Ornella Gómez, presidenta de la Federación de Centros de Estudiantes (FCU) de la ULA y vocera de los denunciantes, contó a este Observatorio cómo ocurrieron los hechos. “Cuando íbamos por el sector de Apartaderos, a las 10 de la mañana, nos percatamos de que nos seguía una camioneta del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), específicamente una camioneta, marca Toyota, sin placas, color negro y con logos que la identificaban de esa institución”, relató la estudiante.

Gómez cuenta que, para asegurarse de que se trataba de un seguimiento, el vehículo que transportaba a los estudiantes se detuvo en varias ocasiones y, en todas, el vehículo oficial hacía lo propio. “En los lugares donde nos estacionábamos, ellos se paraban a una distancia prudencial y, cuando retornábamos el camino, continuaban siguiéndonos. En algunas oportunidades nos pasaban y en otras se iban quedando rezagados, pero siempre siguiéndonos. Esto fue así hasta la ciudad de Barinas”, aseguró.

Extorsión y abusos

Además del seguimiento, los estudiantes fueron víctimas de abusos e intento de extorsión por parte de funcionarios de la GNB ubicados en alcabalas a lo largo del trayecto. La primera situación ocurrió en una alcabala del estado Portuguesa.

“Cuando eran aproximadamente las tres de la tarde, nos conseguimos con la primera alcabala en la que se encontraban funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, donde fuimos interceptados por estos, solicitándonos los documentos de identidad. Sin embargo, uno de los compañeros presentó copia escaneada a color de su cédula de identidad, debido este documento se lo robaron con otras pertenencias y en el Saime (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería) no le han tramitado la expedición de otra cédula de identidad. Inmediatamente se acercaron varios militares y comenzaron a decirle que estaba cometiendo un delito, que se trataba de falsificación de identidad y que por ese motivo lo iban a dejar detenido”, cuenta Gómez.

Los nombres de los otros estudiantes víctimas de los abusos aquí referidos se omiten a petición de los mismos, porque temen mayores represalias. Gómez indicó que uno de los funcionarios militares le dijo al estudiante que viajaba sin cédula original que, para dejarlo en libertad, debía pagarle 150 dólares. El funcionario, además, le pidió su teléfono celular y comenzó a revisar el contenido fotográfico y audiovisual registrado, cuestionando al estudiante sobre el mismo.

Además de estas acciones, que constituyen no solo la comisión de delitos sino una clara violación de derechos humanos, una funcionaria de la GNB presente en la misma alcabala se llevó a Gómez a una habitación del puesto de control, destinada para la revisión de personas sospechosas. Allí, además de hacerle una inspección personal minuciosa, la intimidó y amenazó. “Me dijo que sabía quiénes éramos, que ya estábamos radiados por todas las alcabalas de la jurisdicción, que éramos unos desestabilizadores del gobierno”, cuenta la estudiante.

En otras dos alcabalas funcionarios de la DGCIM y la PNB les pidieron dinero para dejarlos continuar. En total, los estudiantes fueron extorsionados en cuatro alcabalas por funcionarios de distintos organismos.

Golpes y humillaciones

En otra alcabala del estado Portuguesa las víctimas sufrieron no solo extorsión, sino humillaciones y hasta golpes por parte de funcionarios de la GNB. Uno de los funcionarios, cuyo carnet de identificación ocultó, se llevó al estudiante que no portaba cédula original a un espacio cerrado donde lo golpeó varias veces mientras le propinaba insultos. “Lo golpeaba con una varilla metálica mientras le decía “tú eres un mercenario”, “cuál es tu plan, conspirador”, “habla antes que te mate”, recuerda Gómez.

En una habitación contigua, otro funcionario obligó a Gómez a que le entregara su teléfono celular y a sentarse cerca de él, amenazándola con violarla sexualmente si no hacía lo que él le exigía. “Me decía que yo era la jefe del cartel, que llevábamos droga, que si no le decía el nombre de las personas de las fotos y vídeos que tenía en el teléfono me iba a sembrar droga”, relata la estudiante.

El ODH-ULA rechaza las violaciones de derechos humanos sufridas por estos estudiantes y exige que se identifique y castigue a los funcionarios involucrados en estos delitos y se evite la impunidad, única garantía para la no repetición de estos hechos. Este caso, como todos los que registra esta organización, será documentado en informes que se presentan ante entes de justicia internacional.